V. Debate público que cuenta
Para que el debate público En este documento y en el artículo 28 del Convenio de Oviedo se utiliza el concepto general de "debate público" para describir las interacciones discursivas en la esfera pública (es decir, no en un contexto profesional) a través de las cuales los individuos y los grupos pueden identificar, explorar y resolver sus diferentes intereses en cuestiones que les afectan (o podrían afectar) a todos. marque la diferencia es necesario que exista una conexión funcional entre el debate público y la gobernanza En esta guía, "gobernanza" significa el uso responsable del poder o la autoridad para establecer, supervisar y hacer cumplir normas y comportamientos dentro de los sistemas u organizaciones. Puede significar tanto dirigir el comportamiento de las personas como garantizar que se les exija responsabilidades. La gobernanza puede hacerse efectiva a través de medidas obligatorias y no obligatorias (disposiciones legales, sistemas de licencias, normas profesionales, códigos de conducta, recomendaciones, etc.). La gobernanza puede ser una función tanto de los agentes públicos como de los privados. de la atención de la salud y la biomedicina, de modo que se faculte a los ciudadanos para influir en las políticas que afectan al futuro del colectivo en la manera que sea apropiada en una sociedad democrática.
La sección anterior se refería a la calidad de la propia actividad de debate público Una actividad organizada, de alcance delimitado, destinada a estimular y atender el debate público sobre un tema específico con la expectativa de que informe o influya en la elaboración de políticas o en la gobernanza.; esta sección se refiere a sus repercusiones adicionales del debate público y a la forma de optimizarlas. Estas repercusiones son de dos tipos: por un lado, en forma de efectos directos (por ejemplo, dando lugar a nuevas políticas) y, por otro, debido al incremento de la integridad del público como órgano social y, por consiguiente, de su capacitación para participar en la gobernanza a través de procesos democráticos.
Compromiso
Para que el debate público sea eficaz, es importante que tanto los participantes Las autoridades públicas, los expertos y los ciudadanos pueden ser considerados como participantes en una actividad o debate público. como quienes inician las actividades de debate público se comprometan con el proceso. Por parte del promotor La persona o autoridad que toma la iniciativa en una actividad de debate público (véase "debate público con o sin invitación"). El promotor normalmente proporcionará o coordinará los recursos para la actividad y podrá encargar a especialistas que faciliten o realicen la actividad en su nombre., este compromiso se demuestra mediante el apoyo al proceso del debate público y teniendo en consideración el resultado del mismo. Desde el principio debe haber transparencia sobre la forma en que se espera que la iniciativa se relacione con los asuntos que se examinan, sobre qué otras medidas pueden ser posibles (o no posibles) y qué informe recibirán los participantes y el público en general. A su vez, es probable que los participantes se impliquen más con el proceso cuando sepan que su participación será tenida en cuenta.
Los promotores del debate público pueden beneficiarse de los encuentros cara a cara con los participantes. Por ejemplo, se podría invitar a los participantes a que les presentaran el resultado de los debates y a examinar la forma en que se proponen llevar a cabo los asuntos debatidos.
El promotor de las actividades de debate público puede demostrar su compromiso estableciendo explícitamente lo que está abierto al debate (y lo que no y por qué) y la influencia que se espera que tenga el debate público.
La comprensión y la confianza mutua entre los participantes y los promotores, por ejemplo, entre el público y las autoridades públicas, pueden mejorarse mediante encuentros cara a cara.
Rendición de cuentas
- Todo Estado democrático tiene la obligación implícita de tener en cuenta los intereses de sus ciudadanos y de mostrar cómo lo ha hecho dando cuenta de sus decisiones. Los responsables de iniciar las actividades de debate público deben dar cuenta de las conclusiones que han extraído del debate y de la forma en que se han tenido en cuenta las opiniones del público Muchos científicos sociales y profesionales de la participación pública prefieren el término plural "públicos" al singular "público" para evitar dar a entender la existencia de un único grupo homogéneo o que "el público" tiene una existencia objetiva independientemente de las cuestiones en discusión., por ejemplo, en la elaboración posterior de políticas y/u otras decisiones o procesos conexos. Esta información puede transmitirse, por ejemplo, a través de páginas web y de los medios de comunicación.
La rendición de cuentas puede demostrarse publicando información sobre la manera en que el debate público ha influido en las decisiones o procedimientos.
Informar a los participantes del resultado del debate público puede contribuir a alentar la participación en el futuro y a derribar barreras entre el público y las autoridades públicas.
La publicación y difusión de información sobre una actividad de debate público, por ejemplo mediante la descripción de las actuaciones realizadas y el resumen de los resultados, puede contribuir a asegurar un mayor impacto y a consolidar las bases para un debate ulterior.
Ver ejemplos de Portugal y FranciaEvaluación
El proceso y el resultado de las actividades de debate público deben evaluarse. La confianza en la buena fe de los promotores de las actividades de debate público se puede garantizar mediante la contratación de un evaluador independiente y capacitado que tenga acceso a todo el proceso. Lo ideal sería que el evaluador fuera designado durante la etapa de planificación. Como mínimo, los promotores del debate podrían publicar sus reflexiones sobre las actividades para que puedan ser examinadas y debatidas por terceros.
La evaluación debe abordar la eficacia de la actividad (véase la sección sobre "Debate público eficaz" más arriba), así como en qué medida la actividad ha cumplido los objetivos y expectativas de los participantes y promotores, incluyendo una reflexión sobre el valor añadido de la contribución del público.
El resultado de la evaluación debe hacerse público conforme con el principio de transparencia, de modo que todas las partes interesadas, no sólo los participantes, puedan estar informadas sobre la actividad sino también para fomentar el debate público y proporcionar un punto de referencia para nuevas actividades.
El establecimiento desde el inicio de criterios, medidas y un marco de referencia para la evaluación y, en la medida de lo posible acordado con los participantes, promueve la confianza en la integridad del proceso de debate público.
La evaluación del proceso puede apoyarse en la retroalimentación realizada con los participantes (a través de información recopilada, por ejemplo, mediante un cuestionario en actos públicos o mediante la inclusión de preguntas adecuadas como parte del proceso).
Dependiendo de la naturaleza del proceso, los evaluadores podrían tratar de fundamentar sus conclusiones mediante entrevistas cualitativas con los participantes.
Continuidad del debate público
Lo ideal sería que el debate público contribuyera a elaborar un discurso constructivo para la sociedad que se reflejara en las decisiones y la formulación de políticas de los gobiernos y las autoridades públicas. La experiencia de un debate eficaz también puede contribuir a fomentar el compromiso político de los ciudadanos y la interacción social.
Además, en el proceso de colaboración, los participantes pueden descubrir que adquieren una experiencia considerable en relación con determinados temas. Por ejemplo, las redes y conexiones que se establecen durante el proceso del debate público pueden motivar la participación en nuevas iniciativas.
La continuidad del debate público es valiosa para monitorizar y evaluar las consecuencias de las decisiones políticas, para fortalecer la esfera pública El espacio de debate público; un entorno comunicativo ficticio en el que los particulares pueden formular y debatir los problemas de la sociedad que les afectan en común e influir en la política. En la práctica, puede contar con el apoyo de instituciones, como las instituciones sociales y políticas, y los medios de comunicación. y desarrollar la capacidad y la confianza que pueden aplicarse a futuros compromisos.
El debate público en un contexto específico puede dar lugar a nuevas oportunidades para mantener la implicación de los participantes.
Además del legado que deja el debate público en cuanto al establecimiento de vínculos entre las personas y los grupos, los expertos y profesionales y las autoridades públicas, el debate público también puede generar recursos sociales tangibles en forma de registros de acontecimientos y documentos de referencia sobre los que construir futuros debates.
Ver ejemplos de Portugal, Francia y la Federación de RusiaIntegración del debate público en la bioética
Una sociedad en la que se establezcan hábitos de participación democrática mediante la educación y las oportunidades de participación pública estará mejor preparada para involucrarse en cuestiones de gobernanza sobre los avances biológicos y biomédicos.
La asignación de responsabilidades específicas a instituciones que apoyen el debate público, como los comités nacionales de ética, las organizaciones independientes, las autoridades públicas, los organismos reguladores o los comités consultivos, puede contribuir a promover el debate público, mantener la continuidad de la participación pública sobre los avances de la biomedicina y proporcionar mecanismos institucionales que afiancen el debate público en la práctica.
Este proceso continuo puede contribuir a salvar la brecha entre las normas sociales, que rara vez se examinan, y la necesidad de abordar las cuestiones urgentes que surgen en relación con los nuevos avances biológicos y biomédicos.
Instituciones como las mencionadas anteriormente pueden contribuir a promover una cultura de debate público y de participación pública estando atentas a los puntos de discusión relevantes dentro de la sociedad, estando abiertas a participar en ellos y facilitar la conexión de estos debates entre sí, con los interesados y los encargados de la formulación de las políticas.
En una cultura de debate público, estas instituciones podrían acoger y beneficiarse de intervenciones espontáneas, ”de abajo arriba", así como de actividades de debate público planificadas.
Con los recursos y el apoyo político adecuado los comités nacionales de ética u órganos similares pueden desempeñar un papel importante en el fomento del debate público, en la realización de actividades de debate público cuando sea necesario y en asegurar el impacto del debate público.
Ver ejemplo de Francia Ver ejemplos de Dinamarca y ChiprePortugal - Debate público sobre el final de la vida (2017)
El debate público sobre el final de la vida dio lugar a la publicación de un libro titulado "Decidir el final de la vida - ciclo de debates", que contenía una colección de extractos de conferencias que incluían las intervenciones del público. También incluía un glosario y la conclusión con las principales preguntas y argumentos presentados en el debate, así como un breve estudio sobre legislación comparada.
El debate sobre el fin de la vida no dio lugar a cambios en la legislación portuguesa, pero la documentación reunida en forma de libro sirve como registro y punto de referencia para futuros debates sobre el tema.
Francia - Debate público sobre la ley de bioética (2018)
Los "États Généraux" fueron cuidadosamente analizados posteriormente por el Comité Consultivo Nacional de Ética (CCNE) que, en junio de 2018, publicó un informe resumido en el que se recogen además las opiniones formuladas por el Comité Ciudadano en el resultado de la iniciativa.
El Comité Nacional Consultivo de Ética de Francia (CCNE) recomendó en su Opinión 129, emitida en septiembre de 2018, que la ley francesa sobre bioética se apoyara en el debate público actual sobre cuestiones de bioética y no se lleve a cabo como un evento “único”, aislado. El objetivo es fomentar una cultura de debate sobre estas cuestiones. En este contexto, es muy probable que el informe de la CCNE sirva como un importante punto de referencia para el futuro.
En los "États Généraux" una clave para el éxito de la participación del público fue el mandato otorgado al Comité Consultivo Nacional de Ética (CCNE) de fomentar el debate público y organizar las actividades que considerara apropiadas. El CCNE recibió este mandato más amplio en 2011, y se aseguró la financiación para la revisión de la ley sobre bioética en 2018.
Dinamarca - Debate público en dinamarca sobre el futuro del sistema de salud (2008)
El Consejo Danés de Tecnología fue financiado anteriormente por el gobierno danés, pero ahora es una institución independiente que ya no está financiada públicamente. Se consideró importante separarla del gobierno; sin embargo, no tiene un mandato estipulado por la ley y, por lo tanto, trabaja a petición.
Federación de Rusia - El debate público y su impacto en la ley sobre trasplantes de órganos y tejidos humanos (2016)
El debate público sobre las enmiendas sugeridas a la ley "sobre el trasplante de órganos y tejidos humanos" confirmó que la donación de órganos es una cuestión muy delicada para la sociedad rusa. Las enmiendas propuestas fueron objeto de importantes críticas por parte del público. Una de las lecciones más importantes aprendidas es que el debate sólo será eficaz si la gente tiene una comprensión plena del tema, especialmente cuando éste plantea cuestiones de derechos humanos.
Chipre - Semana de sensibilización (2018)
El Comité Nacional de Bioética de Chipre tiene el mandato de fomentar el debate público mediante la organización, cada año, de un debate público sobre un tema elegido.