Peter Drenth (Países Bajos, PPE/PEC), ponente permanente adjunto sobre derechos humanos del Congreso de Autoridades Locales y Regionales del Consejo de Europa, ha hecho la siguiente declaración:
«Lamento profundamente la aprobación, el 14 de abril, de una enmienda constitucional en Hungría que consagra la reciente ley que prohíbe la celebración del Orgullo y otros eventos similares alegando proteger el desarrollo físico, mental y moral de los menores. La enmienda también allana el camino para el uso de tecnología de reconocimiento facial durante reuniones LGTBI y otros encuentros, además de consagrar en la legislación una estricta división binaria de género y de reconocer únicamente el sexo asignado al nacer. Proteger a los menores significa educarlos en derechos humanos y libertades fundamentales para así prevenir cualquier deriva hacia el autoritarismo y dotarlos de las herramientas necesarias para construir una sociedad inclusiva y tolerante.
Todo ciudadano húngaro, al igual que cualquier europeo, debe tener derecho a la libertad de expresión, de reunión y de asociación. Arrebatar esos derechos a las personas LGTBI en el país, y a quienes las apoyan, supone un retroceso que fomenta la discriminación. En última instancia, esta decisión resulta perjudicial para Hungría.
También me preocupan las repercusiones que esta enmienda tiene específicamente para las autoridades locales y regionales húngaras. Pedir a las autoridades locales y regionales que apliquen estas leyes equivale, en la práctica, a exigirles que violen los derechos humanos. Así no es como debe funcionar una democracia.
Insto a las autoridades húngaras a que reflexionen sobre el valor que representa apoyar el Orgullo y otros eventos similares. Las personas LGTBI húngaras son parte integrante de la sociedad.
Deben ser apoyadas, no espiadas, ni privadas de su derecho a reunirse en público».