El Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa ha expresado hoy su honda preocupación por el significativo aumento del hacinamiento en las cárceles en 2024, especialmente en algunos países de Europa Occidental, y ha instado a los Gobiernos a abordarlo con medidas contundentes. También ha pedido a varios Estados que erradiquen la jerarquía informal entre los presos, que ha persistido en diversos grados en sus sistemas penitenciarios desde que formaban parte de la Unión Soviética.
Además, el Comité ha subrayado la necesidad de mejorar el trato dispensado a los pacientes recluidos involuntariamente en instituciones psiquiátricas en toda Europa. Aunque ha observado muchas buenas prácticas durante sus visitas a los países, sigue habiendo desafíos importantes, sobre todo en torno al consentimiento para el tratamiento y a prácticas restrictivas como el aislamiento y la sujeción mecánica o química. En opinión del CPT, se hace demasiado hincapié en la farmacoterapia y demasiado poco en las terapias psicosociales, que son esenciales para la recuperación de los pacientes y su reintegración en la comunidad.
En su informe anual para 2024, el CPT presenta una síntesis de su labor para prevenir la tortura y los malos tratos en los lugares de detención de toda Europa.
El presidente del CPT, Alan Mitchell, declaró: «El hacinamiento en las cárceles socava por completo el funcionamiento de las prisiones y expone potencialmente a las personas a un trato inhumano y degradante. Da lugar a un empeoramiento de las condiciones de vida, una mayor tensión y violencia, menos actividades útiles y menos preparación de los reclusos para volver a la comunidad. Los Gobiernos deberían mostrar voluntad política para solucionar este problema, reformando las políticas de Derecho penal y asignando una inversión adecuada a los servicios penitenciarios y de libertad condicional».
Junto con el informe anual, el CPT publica una nueva norma que proporciona un análisis profundo del problema de la jerarquía informal entre los presos y formula recomendaciones específicas para erradicarla. Durante sus visitas a los países en los últimos 35 años, el Comité ha constatado que seguía existiendo una jerarquía informal entre los presos en nueve países que antes formaban parte de la Unión Soviética (Armenia, Azerbaiyán, Estonia, Federación de Rusia, Georgia, Letonia, Lituania, República de Moldavia y Ucrania).
El Comité considera esencial que las administraciones penitenciarias luchen contra la existencia de jerarquías informales para proteger a los reclusos vulnerables en riesgo de violencia y explotación e impedir que los líderes de estas jerarquías continúen con sus prácticas delictivas en prisión. (Leer más...)