El Banco del Consejo de Europa (BCE) trabaja duramente para mantener en los niveles más bajos posibles la huella ambiental de sus inversiones sociales. Esto no sólo es esencial para nuestro planeta, sino que el Banco cree que la inclusión social y el progreso en materia de medioambiente, en particular la acción climática, van de la mano, y que la acción social y climática pueden reforzarse mutuamente.
El Banco desempeña un papel de liderazgo cada vez mayor en el fomento de una transición verde, en parte gracias a sus rigurosas pruebas de conformidad para aprobar préstamos y subvenciones, así como su propia y creciente experiencia técnica en asuntos relacionados con el clima.
El BCE trabaja en el nexo de unión de los esfuerzos sociales y medioambientales, considerando que se refuerzan mutuamente: al igual que la sostenibilidad medioambiental es clave para el bienestar y los medios de vida de las personas, y para la cohesión social en sentido más amplio, la acción climática eficaz depende de que todos y todas, de todas las comunidades, se unan a ella, incluidos los más vulnerables.
Se espera que los fondos del BCE beneficien a unos 20 millones de habitantes y que ayuden a mejorar la capacidad de respuesta a las catástrofes, a reforzar la capacidad física y las infraestructuras críticas, por ejemplo contra las inundaciones repentinas, y a aumentar la concienciación pública.