Con ocasión del Día Europeo y Mundial contra la Pena de Muerte, la Unión Europea (UE) y el Consejo de Europa reafirman enérgicamente su oposición inequívoca a la pena de muerte, así como a cualquier intento de reinstaurarla, en todos los casos y cualesquiera que sean las circunstancias.
La pena de muerte es un castigo inhumano y degradante, que representa la negación definitiva de la dignidad humana. Fracasa como medio de disuasión de los actos criminales y la pena capital convierte en irreversibles los errores judiciales.
La tendencia mundial sigue siendo el abandono de la pena de muerte y más de dos tercios de los países la han abolido en su ordenamiento jurídico o en la práctica. Felicitamos a Zambia y Ghana por su adhesión en el último año al movimiento abolicionista global. También acogemos con satisfacción el número récord de 125 votos a favor de la Resolución de la Asamblea General en la que se pide una moratoria mundial del uso de la pena de muerte con vistas a su abolición definitiva. Exhortamos a aquellos Estados que siguen imponiendo condenas a muerte a que establezcan una moratoria como primer paso hacia la abolición.
Este año se cumple el vigésimo aniversario de la entrada en vigor del Protocolo n.º 13 al Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), relativo a la abolición de la pena de muerte en cualquier circunstancia. Hasta la fecha, 44 Estados miembros del Consejo de Europa lo han ratificado. Les elogiamos por ello, a la vez que acogemos con satisfacción la ratificación del Protocolo n.º 13 por la Asamblea Nacional de Armenia y su firma por Azerbaiyán. Animamos a estos dos Estados miembros a finalizar el proceso de ratificación sin demora.
Bielorrusia es el único país que sigue aplicando la pena de muerte en Europa. La UE y el Consejo de Europa deploran la segunda ampliación de la pena capital por parte de Bielorrusia en menos de un año, esta vez a los funcionarios y al personal militar por el delito de alta traición. En cuanto a China, se estima que las condenas de muerte impuestas y ejecuciones llevadas a cabo siguieron contándose por miles el año pasado, aunque las cifras exactas siguen siendo secreto de Estado. En el resto del mundo, el número de ejecuciones ha ido en aumento en países como Irán y Arabia Saudí. Estos países, así como otros Estados como Singapur, siguen sin cumplir con el derecho internacional en materia de derechos humanos, al aplicar la pena de muerte en casos relacionados con las drogas, o incluso en casos en los que sus ciudadanos expresan sus opiniones en las redes sociales o en la vía pública. Debe abandonarse el uso de este castigo inhumano. Lamentamos asimismo que en 2022 y 2023 se hayan seguido llevando a cabo ejecuciones en los Estados Unidos.
Instamos a todos los Estados que mantienen la pena de muerte a promover un debate abierto y democrático con vistas a su abolición. Teniendo presente lo anterior, los Estados deben mejorar la transparencia y el acceso a información precisa sobre los procedimientos, políticas y prácticas relativos a la pena de muerte. El resurgimiento puntual de discursos sobre la reinstauración de la pena de muerte debería servir de impulso para lograr un mayor compromiso con la sociedad civil y reforzar la promoción de la causa abolicionista entre los jóvenes. Los Gobiernos de todos los países abolicionistas deberían enviar un mensaje claro de que no habrá ninguna restauración de la pena capital en sus sistemas penales nacionales.
La UE y el Consejo de Europa seguirán clamando enérgicamente contra la pena de muerte, en particular como condena por blasfemia, apostasía o relaciones consentidas entre personas del mismo sexo.
La sociedad civil sigue estando a la vanguardia de la lucha mundial contra la pena de muerte. La UE y el Consejo de Europa seguirán reforzando su colaboración con la sociedad civil y demás actores con el fin de que se logre este objetivo tanto en derecho como en la práctica. En este día tan señalado, saludamos a todos aquellos abogados, defensores de los derechos humanos, académicos, políticos y personas que siguen trabajando incansablemente en pro de la dignidad humana, los derechos humanos y para que se ponga fin de una vez por todas a la pena de muerte.