«Con motivo del Día Internacional de la Juventud (12 de agosto), insto a los Estados miembros, aludiendo a la Declaración de Reikiavik del Consejo de Europa sobre la necesidad de proteger nuestro medio ambiente, a que garanticen que los jóvenes tengan todas las oportunidades de gozar de sus derechos fundamentales y vivir con dignidad mediante la creación de nuevos empleos verdes, la inversión en sectores de actividad sostenibles y la creación de oportunidades de formación y educación para participar en la economía verde.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son desafíos estrechamente relacionados con los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho.
Es indispensable asegurar, en aras de la justicia, una transición verde hacia un mundo medioambientalmente sostenible y respetuoso con el clima.
Es hora de replantear los planes de estudios y los marcos de formación para que los jóvenes puedan ser los agentes del cambio positivo y contribuyan al avance de la sociedad hacia un desarrollo sostenible.»