Este año se cumple el 80.º aniversario de la deportación de los tártaros de Crimea de la península de Crimea por el régimen totalitario soviético en 1944. El 18 de mayo es para Ucrania el Día en Recuerdo de las Víctimas del Genocidio del Pueblo Tártaro de Crimea. En este día recordamos a todos aquellos tártaros de Crimea, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, a quienes las autoridades soviéticas enviaron al exilio, un camino que para muchos se convirtió en el último que recorrerían. Rendimos homenaje a todos aquellos que a lo largo de los siglos han soportado la opresión, la persecución y la discriminación.
Por desgracia, hoy en día el sufrimiento del pueblo tártaro de Crimea todavía no ha terminado. Ochenta años después de la deportación, los dirigentes rusos continúan con la política criminal soviética de represión, persecución y opresión de los tártaros de Crimea. Violan deliberadamente sus derechos, realizan reclutamientos ilegales, destruyen el patrimonio cultural, falsifican la historia y militarizan la educación y la vida pública.
De hecho, la agresión rusa contra Ucrania comenzó a finales de febrero de 2014 con la ocupación ilegal y el intento de anexión de Crimea. Desde el inicio de la invasión militar a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, la persecución de los tártaros de Crimea, cuya finalidad es borrar su identidad nacional, no ha hecho más que intensificarse.
Presentamos nuestros respetos al pueblo tártaro de Crimea, reconocido en Ucrania como pueblo autóctono de Crimea, y condenamos firmemente todas las violaciones de derechos humanos cometidas contra él, tanto por el régimen totalitario soviético como por la Federación de Rusia.
Pedimos a los Estados miembros del Consejo de Europa y a la comunidad internacional que aumenten la presión diplomática sobre la Federación de Rusia para obligarla a poner fin a las persecuciones de los tártaros de Crimea y a otras violaciones de los derechos humanos en la Crimea temporalmente ocupada y en la ciudad de Sebastopol, que liberen a todos los tártaros de Crimea detenidos ilegalmente y que velen por el pleno cumplimiento de las obligaciones como potencia ocupante de acuerdo con el Derecho internacional.
La victoria de Ucrania y la liberación de Crimea supondrían el fin de la represión sistemática contra el pueblo autóctono tártaro de Crimea y el restablecimiento del respeto de los derechos humanos.