La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) ha expresado hoy su profunda preocupación por los recientes acontecimientos en Georgia que «suscitan serias dudas» sobre el compromiso del país con las normas democráticas internacionales y la integración euroatlántica, así como sobre su voluntad de cumplir sus obligaciones como miembro y sus compromisos de adhesión al Consejo de Europa.
Según la Asamblea, la Ley de Transparencia de la Influencia Extranjera es «incompatible con las normas europeas democráticas y de derechos humanos» y debe «derogarse en su totalidad sin demora». La polémica aprobación de dicha ley no es un hecho aislado, según ha añadido, «sino la culminación de una serie de acontecimientos que indican claramente un retroceso democrático del país. Hay que invertir esta tendencia».
Al adoptar una resolución basada en un informe de Claude Kern (Francia, ALDE) y Edite Estrela (Portugal, SOC), la Asamblea ha expresado su profunda preocupación por el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de la policía y los violentos ataques y campañas de intimidación contra manifestantes, activistas de la sociedad civil, periodistas y parlamentarios, y ha instado a las autoridades a que mantengan y protejan la seguridad de todos los manifestantes.
En el texto adoptado también se subraya la preocupación de la Asamblea por la reciente adopción —a pesar de las recomendaciones en sentido contrario de la Comisión de Venecia— de enmiendas al marco jurídico de las elecciones. Los recientes cambios en el Código Electoral «tendrán un gran impacto en la percepción y la confianza de las partes interesadas en la imparcialidad y la equidad de la administración electoral», según han afirmado los parlamentarios. En la resolución también se expresa su profunda preocupación por los actuales proyectos de ley sobre la «protección de los valores familiares y de los menores», que son incompatibles con las normas internacionales en materia de derechos humanos.
La Asamblea ha expresado su firme esperanza en la consolidación democrática de Georgia y en una mayor integración euroatlántica. Ha reiterado su compromiso de cooperar y mantener un diálogo constructivo y abierto con las autoridades, así como con todas las demás fuerzas políticas y sectores de la sociedad georgiana, «para invertir el reciente retroceso y mantener el cumplimiento de las obligaciones y compromisos de Georgia como miembro del Consejo de Europa».
