“Somos testigos de un creciente intento de erosión del orden internacional basado en las normas, del aumento del nacionalismo y de violaciones de los derechos humanos”, en palabras de Nikos Christodoulides, presidente de Chipre, en su discurso ante la Asamblea Parlamentaria. Exponiendo estos y otros muchos retos, ha destacado que “la visión de paz, democracia plural, respeto por los derechos humanos y el Estado de derecho que llevó a la creación del Consejo de Europa hace 75 años nunca ha sido más pertinente”.
Al señalar la “flagrante realidad” de que no existen “conflictos congelados”, el presidente chipriota ha advertido que “los estancamientos políticos prolongados no deben tratarse con complacencia” y que “la ausencia de diplomacia y diálogo puede engendrar ciclos de violencia perpetua con repercusiones catastróficas”.
La invasión rusa de Ucrania demuestra que “la paz en Europa -y de hecho en el mundo- no se puede dar nunca por sentada”. El presidente Christodoulides señaló que “nunca permitiremos cambios fronterizos derivados de la violencia y la guerra” y que “las amenazas a Europa y al mundo no se disuadirán si no actuamos con decisión y unidad”.
El presidente dio varios ejemplos de acciones multilaterales en favor de la paz, como la Iniciativa del Corredor Marítimo de Chipre, que permite que se entregue ayuda humanitaria a los civiles en Gaza, y la normalización y el proceso de paz entre Armenia y Azerbaiyán en el marco de la mediación de la UE.
Evocando el 50º aniversario de la división de Chipre, dijo: “los derechos humanos en Chipre siguen siendo trágicamente una promesa incumplida para todos los chipriotas”. Habiendo crecido en un país dividido, el presidente chipriota subrayó que “todos los chipriotas -griegos y turcos, maronitas, armenios, latinos- merecen los mismos derechos humanos y libertades fundamentales que el resto de los europeos”.
El Consejo de Europa desempeña un papel fundamental a la hora de hacer frente a la “reacción” contra la igualdad de género, tras décadas de progresos constantes. “A su vez, aumenta la violencia contra las mujeres en todas sus formas, mientras cada vez se vulneran más los derechos sexuales, sanitarios y reproductivos de las mujeres”, ha declarado, recordando que el liderazgo del Consejo de Europa es crucial para prevenir estas violaciones y salvaguardar la igualdad de género, los derechos de las mujeres y el derecho a la educación y a la igualdad social.