«Setenta y cinco años después de la creación del Consejo de Europa, cuando pienso en los primeros signatarios del Tratado de Londres, a menudo me pregunto: ¿qué pensarían hoy de nosotros? Por muy amplia que fuera su visión, su optimismo y su determinación; por muy intensa que fuera su voluntad de trabajar por un futuro de justicia basado en una mayor unidad entre sus miembros; ¿realmente podían imaginar, cuando firmaron nuestro Estatuto, todo lo que ese gesto iba a suponer, como la expansión de la primera organización internacional europea de la posguerra, de diez Estados miembros iniciales a 46 en la actualidad?», dijo la secretaria general, Marija Pejčinović Burić, al celebrar el 75º aniversario de la organización en una ceremonia conmemorativa en la Ópera de Estrasburgo.
La secretaria general hizo balance de los principales logros del Consejo de Europa, subrayando la relevancia de más de 200 tratados, entre ellos el Convenio Europeo de Derechos Humanos, y de todos los instrumentos de Derecho indicativo (soft law). Destacó la importancia del establecimiento de una zona libre de pena de muerte; de la lucha contra la tortura y los tratos inhumanos y degradantes; de los derechos de las minorías nacionales y de las lenguas minoritarias; del Convenio de Estambul, que combate la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica; de la labor para proteger los derechos de las personas LGBTI; y del alcance del Estado de derecho, que abarca desde el terrorismo y la ciberdelincuencia hasta la corrupción y el blanqueo de dinero.
En consonancia con la agenda de Reikiavik, Marija Pejčinović Burić también mencionó nuevos desafíos: el proyecto de Convenio Marco sobre Inteligencia Artificial, Derechos Humanos, Democracia y Estado de Derecho; el incremento del trabajo en medio ambiente y derechos humanos; y la creación del Registro de Daños, que garantiza el apoyo a Ucrania y la rendición de cuentas por la actual guerra de agresión de la Federación de Rusia.
«Aquello que iniciaron unos líderes visionarios en 1949 prosigue en 2024 en beneficio de las personas de toda Europa y del resto del mundo. Los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho no son un destino inamovible, sino una fuerza positiva que siempre hay que valorizar y aplicar. Evidentemente, nuestros valores y el multilateralismo se enfrentan a serios desafíos, pero el Consejo de Europa es una institución única en el mundo que prosigue su buena labor sin parangón. Con resistencia, determinación y voluntad política, no solo sobrevivirá a los desafíos a los que se enfrenta, sino que demostrará ser fundamental para resolverlos. Confío plenamente en esta organización. ¡Que sus próximos 75 años sean igual de fructíferos!», concluyó la secretaria general.