“Condeno firmemente las sentencias a pena de muerte dictadas hoy en la ciudad ocupada ucraniana de Donetsk. La pena de muerte es incompatible con la dignidad humana y constituye un trato degradante e inhumano. No hay lugar para ella en el continente europeo.
En nombre del Consejo de Europa pido que se respeten los principios europeos comunes de derechos humanos, con los cuales la decisión de hoy es incompatible”.