El Convenio de Berna, un tratado internacional clave para la protección de la fauna, la flora y los hábitats naturales de Europa, celebra hoy su 45.º aniversario. Firmado en 1979, se trata del primer tratado que establece un marco de cooperación para la conservación de la biodiversidad. Desde su entrada en vigor en 1982, el Convenio de Berna ha crecido hasta reunir a 50 países, cuatro de ellos africanos.
Los esfuerzos del Convenio giran en torno a cuatro ámbitos principales: proteger la biodiversidad, dar respuesta a los desafíos medioambientales, concienciar a la población y conservar los hábitats naturales. A lo largo de los años ha contribuido a proteger especies amenazadas como el lobo, el oso pardo y el lince, símbolos de los esfuerzos europeos por restablecer los ecosistemas.
Responder a los nuevos desafíos medioambientales
«Frente al cambio climático, las actividades humanas nocivas y la introducción de especies invasoras, el Convenio de Berna ha sabido adaptar sus actuaciones. El Convenio es único en su capacidad de responder rápidamente a los nuevos desafíos», afirma Merike Linnamägi, presidenta del Comité Permanente del Convenio. Cada año se adoptan recomendaciones, que sirven de base para la labor de los Estados miembros. (Leer más...)