El Grupo de expertos del Consejo de Europa en lucha contra la trata de personas (GRETA) ha publicado su informe anual para 2021. A pesar de las dificultades ligadas a la pandemia de Covid-19, durante el año pasado el GRETA consiguió dar algunos pasos importantes y continuó desarrollando su cooperación con otros órganos del Consejo de Europa y otras organizaciones internacionales, así como con la sociedad civil, con el objetivo de prevenir y combatir la trata de seres humanos.
El GRETA hizo visitas de evaluación a 10 países y aprobó los informes de evaluación de la tercera ronda sobre seis países (Francia, Letonia, Malta, Montenegro, Reino Unido y Rumanía). Israel se convirtió en el segundo Estado no miembro del Consejo de Europa que se adhiere al Convenio de lucha contra la trata de seres humanos.
En el informe anual, la presidenta de GRETA, Helga Gayer, avisa de que el tráfico de niños y niñas ha continuado creciendo a pesar de las medidas legislativas y las políticas públicas adoptadas por los Estados parte del Convenio. “La pandemia de Covid-19 ha hecho a los menores aún más vulnerables a la trata, sobre todo a la explotación por medio de internet. Todos los actores implicados en la lucha contra la trata deben intensificar sus esfuerzos para combatir el tráfico de menores y para concebir enfoques innovadores para protegerlos”, ha declarado.
El informe presenta las principales conclusiones de un estudio sobre el tráfico de seres humanos facilitado por las tecnologías de la información e internet basado en las informaciones aportadas por 40 Estados parte del Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de seres humanos, por 12 ONG y 2 empresas tecnológicas.
El estudio analiza el impacto de la tecnología sobre la trata de seres humanos, describe las dificultades operativas y jurídicas encontradas para la detección, investigación y enjuiciamiento de casos de trata en línea y facilitada por las TIC, y formula una serie de recomendaciones. El estudio también explora las estrategias, herramientas y buenas prácticas adoptadas por los Estados parte para hacer frente a estas dificultades. Se trata por ejemplo de técnicas de vigilancia de internet, de recogida automática de datos en línea y de análisis de redes sociales. La participación y cooperación de muchos organismos públicos y el intercambio de conocimientos juegan un rol esencial en esto, así como la cooperación transfronteriza para la obtención de pruebas electrónicas. (Leer más...)