El Grupo de Expertos en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (GREVIO, por sus siglas en inglés) del Consejo de Europa ha publicado su informe anual de actividades. En él se incluyen los principales hitos del 2022, entre ellos un número inédito de publicaciones anuales que asciende a nueve informes de evaluación de referencia (sobre Rumanía, Alemania, Bosnia-Herzegovina, Islandia, Suiza, Estonia, Georgia, Chipre y Noruega); o la ratificación del Convenio de Estambul por parte de Moldavia, Ucrania y Reino Unido, alcanzando el mayor número de ratificaciones anuales desde el 2018.
En el informe también se incluye un nuevo cuestionario de evaluación «Forjando la confianza a través del apoyo, la protección y la justicia», donde se determina el alcance de la primera ronda temática de seguimiento iniciada en el 2023. Igualmente, en el informe se resalta la fructífera cooperación entre GREVIO y el Comité de las Partes, que desembocó en la adopción de la Declaración de Dublín sobre la prevención de la violencia doméstica, sexual y de género, firmada por 38 ministros e inspirada directamente en el principio de protección del Convenio.
El cuarto informe general sobre las actividades del GREVIO incluye una cuanto menos pertinente «sección de especial interés» destinada a combatir la violencia sexual. En ella se incluye la violación, una de las expresiones de violencia machista menos denunciadas, caracterizada por altas tasas de abandono durante las fases de investigación y de enjuiciamiento y por muy pocas condenas, fomentando así la cultura de la impunidad. La sección documenta el progreso en materia de legislación, políticas y asistencia en los Estados Parte, así como la contribución de las actividades de seguimiento del GREVIO y el Convenio para con estos halagüeños resultados.
Con base en las observaciones y el trabajo de seguimiento del grupo, el informe indica que el enfoque del «Solo sí es sí» es el que mejor aviene al Convenio de Estambul del Consejo de Europa sobre la prevención y la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Los marcos jurídicos basados en la necesidad de demostrar que el acto sexual ha sido consumado en contra de la voluntad de la víctima prestan una atención indebida al comportamiento y a la manera de mostrar su oposición, lo que, a su vez, desatiende los casos en los que la víctima haya permanecido impasible.