Los refugiados y las personas que se encuentran en una situación similar a la de los refugiados necesitan apoyo para adquirir al menos un kit inicial “de supervivencia” lingüística, además de estímulos para aprovechar su propio repertorio lingüístico, ya sea para atender sus propias necesidades o para actuar como intérpretes para otros.


A veces es imposible recurrir a la enseñanza al uso impartida en un aula. En tal caso, las ONG u otras asociaciones que trabajen con voluntarios pueden encargarse de prestar apoyo lingüístico a dichas personas, y por ello el Consejo de Europa decidió elaborar un kit de herramientas que facilite esa labor.

En enero de 2016 se publicó en el sitio web del proyecto LIAM una convocatoria de propuestas para elaborar los elementos del kit de herramientas, a la que respondieron tres instituciones o personas físicas aportando un total de 120 elementos, que se analizaron, revisaron y reorganizaron durante varios meses. La selección final de 57 herramientas fue realizada por el grupo de coordinación del LIAM (véase la sección Aportaciones al kit de herramientas).